Por Sorayda Díaz
Despierto de madrugada,
la nube negra, otra vez
atorada en mi garganta
provocadora, nauseabunda…
No me deja respirar.
El estómago me duele,
los murciélagos…
quieren escapar.
Mi cabeza gira, pesa
…la cama
me quiere sofocar…
Pesadillas …
en el sopor de la madrugada,
invaden mi cabeza…
aceleran el pulso de mi corazón.
Pulso de miedo,
de ansiedad,
infinita e indescriptible tristeza
sin fin…
Lloro…
¡quiero reir!
pero lloro y tiemblo
de impotencia,
frustración…
Quiero desaparecer
los revoloteos,
las pulsaciones,
el dolor,
la náusea…
vomitar
y llorar…
por última vez
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