Por VozEs
En el fascinante mundo de la música, a menudo encontramos historias que nos transportan a lugares llenos de pasión y talento. Una de esas historias es la de Jesús Díaz, un inmigrante cuyas manos habilidosas dejaron una huella imborrable en el mundo de las guitarras eléctricas, específicamente en la renombrada marca Mosrite.
Nativo de Paracho, Michoacán, un pueblo mágico donde las melodías flotan en el aire con aroma a nurite, Jesús Díaz se encontró desde joven inmerso en el arte de la fabricación de guitarras. Inspirado por los talleres familiares y los sonidos que resonaban en cada esquina, su amor por este instrumento floreció y comenzó una travesía musical inigualable. Su sed de aventura lo llevó a cruzar fronteras, llegando a los Estados Unidos en busca de nuevos horizontes.

Fue en Los Ángeles donde su camino se cruzó con un taller de reparación de guitarras, un encuentro que marcaría un antes y un después en su vida y que lo llevo a trabajar con marcas como BC Rich y Gibson. Años después, en Carolina del Norte, Semie Moseley, el fundador de Mosrite, descubrió el increíble talento de Jesús y supo que había encontrado a alguien especial. Así comenzó una colaboración que se extendería a lo largo de décadas, y que daría lugar a la creación de algunas de las guitarras más icónicas de la historia.
El arte de Jesús Díaz se extendió por todo el mundo de la música, llegando a manos de leyendas como Kurt Cobain de Nirvana, quien quedó cautivado por el sonido de una guitarra Mosrite “Gospel”. Aunque el trágico destino interrumpió su trabajo en ese instrumento en particular, la conexión entre el genio musical de Cobain y el arte de Díaz sigue vibrando en cada acorde que se interpreta.



No solo Cobain se benefició de la maestría de Díaz. Los Ramones, famosa banda de punk rock, también disfrutaron de su talento en dos ocasiones, tanto en una guitarra como en un bajo. Los acordes de sus canciones resonaron con fuerza gracias a la precisión y dedicación de Jesús, quien recuerda vagamente el momento en que fue a Charlotte a entregar la famosa pieza artesanal modelo “Johnny Ramone”.
La influencia de Díaz, aunque de bajo perfil y lejos de todo protagonismo, trascendió fronteras y géneros musicales. Artistas como The Ventures, Takeshi “Terry” Terauchi y Los Lobos, entre otros, fueron testigos de su arte y quedaron maravillados por el sonido y la calidad de las guitarras que él construyó. Su pasión y habilidad se entrelazaron con cada nota, dejando una marca indeleble en el mundo de la música, asegurando que sus manos definieran el sonido de una de las marcas de guitarras más emblemáticas de su época.
Su vínculo con México, su tierra natal.
Aunque la distancia física separaba su taller de las montañas de Paracho, nunca olvidó sus raíces. Su amor por la artesanía y la tradición mexicana se infundieron en cada guitarra que construyó, convirtiendo su trabajo en una verdadera expresión de identidad y orgullo.
En VozEs recordamos con nostalgia y admiración todo lo que ha logrado. Su historia es un recordatorio poderoso de que los sueños pueden cumplirse, incluso cuando se cruzan fronteras y se superan obstáculos. Él encarna la pasión, el talento y el espíritu audaz de todos los inmigrantes que se atreven a cruzar fronteras sin importar las adversidades.



A través de su legado en las guitarras Mosrite, Jesús Díaz ha dejado un impacto perdurable en el mundo de la música, no cabe duda que cada vez que se toca una de sus creaciones, se despierta una melodía que lleva consigo la esencia de un talentoso hombre que dejó huella.
Si quieren acompañarnos a escuchar los sonidos que sus dedos fueron responsables de afinar, los invitamos a escuchar a The Ventures, Bee Gees y por supuesto a Los Ramones.
Actualmente, el artesano continúa la fabricación de guitarras, ya alejado de Mosrite. Su tenacidad no deja dudas de que próximamente dará vida a más de sus “chuecas” como él llama a sus guitarras; desde su pueblo natal, en la meseta purépecha, lugar al que se ha retirado después de toda una vida como inmigrante en los Estados Unidos.