Por Rosy Acosta
Agradezco infinitamente a los Estados Unidos por haberme abierto sus puertas a través de diferentes oportunidades y sobretodo a mis papas que me animaron constantemente y me facilitaron su apoyo económico para venir a estudiar la carrera de Comunicación en la Universidad de Texas en El Paso. Haber vivido en la frontera entre México y Estados Unidos ha sido un enorme aprendizaje y un invaluable crecimiento.
Recién desempacada y fresca como lechuga para inscribirme en la universidad, tuve que presentar el examen de inglés (TOEFL) sin embargo, apenas logre el puntaje necesario para que me admitieran en ciertas clases introductorias. Eventualmente y conforme fui avanzando, mi nivel de inglés mejoró y finalmente me gradué con un título estadounidense que después aproveché para tramitar un permiso de trabajo temporal (OPT) que la universidad ofrece a sus estudiantes para trabajar en el área profesional que han estudiado, esto únicamente por un año.
Como estudiante de “iutep” (UTEP) como se le conoce a “The University of Texas at El Paso” aprendí que tenía acceso a lo mejor de los dos mundos, en el lado americano estudiaba y podía acceder a libros, infinidad de bibliotecas digitales, las mejores estrategias de aprendizaje, profesores especializados, en fin… “you name it” para mi era lo mejor.
Por otro lado, tenía Ciudad Juárez, mi lado mexicano, la comida y por supuesto la vida social. Terminé de estudiar la carrera y me las ingenié para trabajar en el Consulado de México en Houston, un día fui y me escabullí dentro de sus oficinas y dejé mi currículum. Pasaron dos semanas y me llamaron para trabajar en el área de permisos temporales para los coches americanos que se internaban en el territorio mexicano (trámite innecesario que sigo sin entender). Afortunadamente el disgusto fue por poco tiempo ya que por cuestiones familiares regresé a México y tristemente el permiso de trabajo estaba por expirar.
Casi una década después y por cuestiones laborales de mi esposo venimos a vivir a Charlotte y en esta ocasión entre al país (Estados Unidos) con una visa de dependiente que se llama TD y se le otorga al cónyuge o hijos de un profesionista con visa de trabajo temporal (TN). Cabe mencionar que esta es una visa con especificaciones muy restringidas pues hasta el día de hoy no entiendo cuál es el objetivo de no poder trabajar en tu profesión o en el área que más te interese.
En mi caso particular este país me abrió las puertas hace más de quince años, después de un tiempo regresé a México, allá trabajé en mi área y después me especialicé como maestra a nivel preparatoria. Considero que mi experiencia laboral en el área de la educación tiene valor y actualmente podría estar trabajando aquí en Carolina del Norte pero mi tipo de Visa no me lo permite.
Asimismo, alguien profesionista como yo podría estar activamente contribuyendo al crecimiento de la economía y pagando impuestos. Lamentablemente, el gobierno de Estados Unidos pone candados que van en detrimento de su propio desarrollo económico y social.
No encuentro una razón válida para la que un inmigrante con ganas de salir adelante no pueda venir a este país a trabajar y si partimos del principio, de que todos los que llegamos a este país venimos en busca de una vida mejor y la mayoría venimos a sumar y crecer, entonces ¿qué sentido tiene bloquear y negar al individuo a tal grado? ¿cuándo es que el gobierno va a empezar a visualizar la enorme importancia de construir puentes que faciliten el desarrollo de todos los seres humanos sin importar su país de origen?
Sigo agradecida por tener la oportunidad de vivir en Charlotte que es una ciudad preciosa que tiene de todo. Esta será una historia de una visa restringida pero no de una vida. Sé que no puedo trabajar como profesionista pero eso no impide mi crecimiento profesional y emocional. Esto hace que todos los días me invente cosas y me reinvente para seguir haciendo lo que más me gusta que es la enseñanza. Próximamente voy a comenzar una especialización en la enseñanza del idioma Español y también seguimos en el proceso de nuestra residencia que con seguridad algún día llegará y encontraré un trabajo en mi área.
Hoy vivo feliz estando cerca de mi pequeña familia y además puedo hacer colaboraciones para VozEs, eso no se compara y además me encanta!