Por VozEs
Un instrumento de Ventura Guitar Company puede estar hecho de caoba, fresno o maple, tiene una escala de 25.1 pulgadas, un diseño único que inicia a papel y lápiz y un trabajo artesanal a manos de Jackson Herrera, luthier venezolano formado en The Musicians Institute en Los Angeles California.

Diseñar las guitarras en papel, elegir los colores, la escala, el tipo de madera, la microfonía, la estética, construir el trabajo de carpintería, darle el acabado, hacer el cableado, la calibración y la colocación de cuerdas, son los pasos a grandes rasgos para realizar una guitarra eléctrica. Para Jackson Herrera esto es una pasión que ha logrado consolidar al fundar su compañía hace dos años y ha puesto sus piezas en manos de guitarristas como Richard Fortus de Guns and Roses y Phil X de Bon Jovi.
Criado en Venezuela por 25 años, Jackson nació en los Estados Unidos, pero fue en el país latinoamericano en donde nació su gusto por la música. Antes de ser luthier, tocaba en bandas underground, comenzó después a trabajar con los grupos musicales siendo roadie, y su sueño era trabajar como técnico de alguna banda musical. Al mudarse a California, en donde formó su familia, su sueño cambió de rumbo.
El luthier nos cuenta cómo ese sueño se transformó en su pasión que lo lleva a crear una guitarra al mes, y los retos que se encontró en el camino.
Platícanos sobre Ventura Guitar Company, ¿cómo nace?
Entre a estudiar al Musician Institute (MI) en Hollywood, en donde hay todo lo relacionado a la escena musical, empecé a estudiar la carrera de luthier, ahí estuve un año haciendo la carrera, la idea era ir ahí y conectar y trabajar con personas del medio, trabajar como técnico de reparaciones de guitarra en la gira con alguna banda, estando ahí en MI me enamoré de estar haciendo las guitarras, al terminar el college trabajé provisionalmente en Fender, después en una compañía de guitarras acústicas en donde trabajo actualmente también de Full Time.

Pero desde hace dos años puse mi taller aquí en mi casa, Ventura Guitar Company. Este año me fue bien, logré hacer una guitarra al mes, terminó el año con 12 guitarras hechas a mano, «one of a kind» no repito una guitarra, el modelo siempre es el mismo pero el acabado, los colores o el diseño el tipo de microfonía que uso, hay muchos elementos que entre ellos no se repiten a nivel estético, eso es algo especial que tiene la marca y que estoy tratando de hacer, cada que alguien compra una guitarra es única, ofrezco ese concepto de «one man shop».
Para ti, ¿qué define una buena guitarra?
Una buena guitarra necesita tiempo, yo no estoy en un esquema de producción masivo, es una oportunidad de dedicarle a la guitarra el tiempo que sea necesario hasta que quede perfecta, no son muchas las marcas de guitarras que están afuera en la industria, son muy poquitas las que hacen esto, las piezas, componentes, son hechos aquí en Estados Unidos y artesanales por compañías boutique, ellas hacen cosas a mano y con producción baja.

Las que están hechas aquí en masa son con muchos componentes asiáticos, están hechas no con la misma atención ni el mismo cariño, aunque suene tonto no es lo mismo la pasión que tiene un artesano con su trabajo. Es un proceso largo y bonito, es lindo ver cómo va tomando forma.
En mi trabajo he tratado de reunir la guitarra que a mí me gustaría comprar, he agarrado los elementos de muchas guitarras que me gustan y los he combinado en una sola, a mí me gusta mucho Fender, trabajé para ellos, pero su escala es un poco larga para mi gusto, yo uso una más corta por ejemplo, otro tipo de microfonía, puentes que de repente tienen otro tipo de construcción y material. Estoy reuniendo esos detalles pequeños, tratando de cuidar de la manera que a mí me gustaría que se vieran, estoy haciéndolas bajo el nombre de mi compañía.
¿Cómo es tu proceso creativo?

Tengo dos procesos creativos, el primero es con el cliente, en estas primeras doce guitarras que hice tuve 5 que fueron ‘custom orders’ y otras 7 son guitarras que simplemente yo creé y las puse en venta, son dos maneras diferentes de creación, casi siempre cuando una persona ordena una guitarra ya tiene una idea muy clara de lo que quiere, me toca escuchar las necesidades del cliente, dar una opinión y sugerencia, tomar su idea y desarrollarla hasta que se convierta en realidad.
Cuando yo decido hacer una pieza la pongo a la venta pero ahí tengo la libertad de hacer lo que quiero hacer en el momento, diseño mis guitarras en papel, decido los colores, decido el tipo de madera: caoba fresno o maple, veo mis opciones y escojo la que siento que queda mejor para el proyecto. Escojo la electrónica y la microfonía que voy a utilizar. Después me enfoco en la estética, los colores: natural, transparente o sólido. Al final es simplemente construir el trabajo de carpintería, el acabado y la electrónica; hacer el cableado del sistema, al final colocar las cuerdas y hacer la calibración y afinación. Que afine y toque bien.
¿Cuál es la parte que más disfrutas?
Lo que más me gusta es el inicio, cuando la estoy diseñando me emociona imaginar cómo va a quedar, parece mentira pero no me emociona cuando está sonando, me emociona cuando coloco el mástil de la guitarra, cuando veo que todo lo que vi en el papel es una realidad. Lo electrónico es un poco tedioso, pero es un gusto cuando coloco el mástil con el cuerpo.
¿Cómo fue que cambio tu sueño, te imaginaste alguna vez teniendo tu compañía de guitarras?
Lo curioso fue que de niño y adolescente fui al conservatorio de música y cuando tuve grupos de rock , no fui guitarrista, era baterista pero terminé trabajando con la guitarra, me gustaba la batería. Luego me llamó la atención el bajo, tuve un Fender modelo Tom McGuiguan. Luego trabajé como roadie y en tarima, mi meta era seguir con ese trabajo en Venezuela, mi meta era seguir siendo técnico de cuerdas o reparación de guitarras para artistas en giras, pero no sabía que iba a terminar haciendo guitarras.
Ya en Los Ángeles me di cuenta que hay un nivel muy alto, y es competitivo para poder trabajar con una banda, pensé: si quiero ser técnico, me vendría muy bien a nivel de currículo no solo repararlas sino saber como hacerlas desde cero, lo que sucedió que en el transcurso fue que descubrí que no, que la idea de viajar tanto ya no me motivaba como estar fijo en una fábrica o un estudio o taller de construcción.
Me fui enamorando más del oficio a medida que lo fui estudiando, ya que me gradué decidí seguir esa idea. También el ambiente familiar que estaba viviendo contribuyó a esa idea, ya estaba casado y tenía un hijo, Santiago, mi hijo que tenía 3 años me hizo pensar que desaparecer todo el año de gira no era buena idea.
¿Cuál ha sido el mayor reto para mantenerte en tu sueño en el mundo de la música?
En estos 10 años en estados unidos no ha habido un solo instante que no tenga dos trabajos, debe ser una combinación del apoyo de mi esposa y familia,y terquedad, siempre he tratado de hacer algo en el día que realmente me apasione.
Trabajé muchos años en Guitar Center como técnico, siempre he buscado trabajos relacionados. El sacrificio es que no es un trabajo muy bien pagado, en estos 10 años siempre ha habido una vida limitada en lo que gastamos y cómo lo hacemos, no tenemos una vida llena de lujos pero es muy gratificante el sacrificio de hacer lo que me gusta, genera felicidad en el día a día hacer algo que me gusta y que siento que soy bueno.

¿Qué consejo das a la gente que emigra de su país para lograr éxito en este?
Emigrar es muy difícil y es una situación muy personal, no todos emigramos de la misma manera ni con los mismos sacrificios, ni restricciones, ni la misma situación familiar pero algo que nos une a todos, es que al llegar trabajamos duro y damos el todo por el todo.
Yo tuve tres trabajos en algún momento, este es un país de oportunidades y algo bonito que tiene es que cualquier oficio o en cualquier cosa hay campo laboral, en Venezuela no hay fábricas de instrumentos, hay luthiers que hacen el trabajo desde su casa pero no hay muchas oportunidades.
Hay que tener constancia y preparación, hay gente muy buena haciendo de todo, por ejemplo si quieren trabajar en instrumentos musicales, siempre hay cabida para nuevas generaciones pero se debe entender que la preparación es lo primordial, y la constancia.
Si te sigues preparando y sigues siendo constante y dando lo mejor, en algún momento sucede.
¿Cómo visualizas tu empresa en el futuro?
Este año me paso algo bueno, de esos encargos tuve dos clientes muy especiales, Richard Fortus de Guns and Roses y Phil X de Bon Jovi, pero quiero llegarle a la mayor cantidad de músicos, que conozcan la marca, que se animen a comprar mis instrumentos.
Este año 2021 quiero duplicar la producción al doble de guitarras, yo hago todo «one man shop», desde ir a comprar la madera, escogerla, prepararla, cortarla, lijarla, pintarla, tengo muchos amigos proveedores de madera, de micrófonos y todos ellos me ayudan, pero a la hora de hacer la guitarra lo hago yo solo. Venderlas es lo más difícil, porque es un nombre y concepto nuevo y cuesta un poco pero con constancia en algún momento muchas más personas la conocerán y se sentirán confiados de la calidad que ofrezco.
¿Influye y se refleja tu cultura latina en tu trabajo?
La verdad no lo he analizado de esa manera, creo que no soy consciente de eso, yo me siento más latino que cualquier otra cosa, mi primer idioma es el español, el inglés aunque si lo hablo, es con acento, mi esposa es venezolana también así que mi hogar es cien por ciento en español, escucho mucha música en inglés pero en español también, escucho mucho rock latinoamericano, Cerati, Soda Estereo, bandas venezolanas como Público o música colombiana, Zoe y Café Tacvba escucho mucho pop y rock latinoamericano en el taller, así que no se que tan directamente se vea reflejada mi influencia en el producto pero el entorno al momento en que las construyo es muy latino el ambiente.