Por Sorayda Díaz
El fútbol, conocido como “soccer” en inglés, es más que un simple deporte para muchos hispanos; es una tradición arraigada que une a familias y comunidades. Brian Carmona Romero, una estrella en ascenso en el mundo del fútbol, en entrevista con VozEs comparte su historia y la profunda importancia cultural de este deporte en su vida.

La historia de Brian comienza con su familia, donde el fútbol siempre ha sido más que un juego. Su padre, un devoto aficionado al fútbol originario de México, lo introdujo al deporte desde una edad temprana. Jugaron juntos, formando un fuerte vínculo que se extendió más allá del campo de fútbol.
“Jugábamos con todos mis primos pequeños, y cada vez que ganábamos, organizábamos una gran fiesta para celebrar nuestra victoria. Una gran parte de mi herencia hispana proviene de eso”.
Esta tradición de celebrar victorias con reuniones familiares ha sido un pilar de la crianza de Brian. No se trata solo del juego; se trata de la alegría y la unión que aporta. Él añade: “Eso nos ayudó a crear un fuerte vínculo familiar. Se convirtió en una tradición para nosotros organizar una gran fiesta cuando ganábamos y disfrutar de la comida que amamos”.
Para Brian, era un deleite disfrutar del mole o el pozole de su mamá, la mejor recompensa por su esfuerzo en el fútbol. Al igual que él, para muchos, el deporte está entrelazado con su identidad cultural. El deporte sirve como un puente entre su herencia hispana y su educación estadounidense. Brian reflexiona sobre este equilibrio, diciendo: “Se siente bien ser ambos, no muchas personas pueden decir que tienen doble nacionalidad. Amo ser parte mexicano, al crecer, siempre se trataba de hablar español y abrazar nuestras raíces latinas”.



El compromiso de la familia de Brian para preservar su cultura es evidente en su vida cotidiana. “Mis padres siempre nos inculcaron mucho español”, dice. “Así que no olvidamos cómo hablarlo. Y cuando vamos a entrenar, siempre es en español con mis hermanitos y hermanitas, es siempre una mezcla de inglés y español, pero mi papá siempre decía: ‘Nada de inglés, puro español aquí'”.
El fútbol ha desempeñado un papel fundamental en la vida de Brian, no solo como un punto de referencia cultural, sino también como un medio para establecer conexiones dentro de su comunidad.
“El fútbol me ayudó mucho porque todos nos uníamos en la escuela, no solo como latinos, sino como un grupo diverso, era una forma de conectar, de compartir una pasión común”.

El viaje de Brian desde jugar al fútbol con su familia hasta convertirse en un jugador profesional con el Charlotte FC, su equipo local, ha sido un sueño hecho realidad. Él reconoce la importancia de su logro, diciendo: “Al principio, jugar al fútbol comenzó como el sueño de mi papá de convertirse en profesional para México. Era solo un deporte que le gustaba jugar. Y ahora, mirando hacia atrás, todos mis primos quieren jugar más y nos ha motivado”.
Su historia sirve de inspiración para los jóvenes jugadores de fútbol hispanos y latinos. Él enfatiza la importancia de divertirse y disfrutar del juego y de perseguir el sueño que la mayoría de las personas tienen, eso dice, es muy importante.
“A veces no saldrá como esperas, pero a través del fútbol, aprendes valiosas lecciones de vida. Cuando estaba creciendo, no pensaba que llegaría a ser profesional; simplemente me divertía. Las oportunidades llegaron una tras otra, y ahora estoy aquí, jugando profesionalmente”.
Su travesía a nivel profesional no estuvo exenta de desafíos. Limitaciones financieras dificultaron el apoyo de su familia a sus aspiraciones futbolísticas. “Al crecer, mi mamá y papá no tenían mucho dinero para que viajara”, recuerda. “Recogían todo el dinero en el banco para que mi hermano y yo pudiéramos viajar, pero todavía estaban estresados por no tener suficiente”.
A pesar de estos desafíos, la familia de Brian se mantuvo firme en su apoyo. “Verlos trabajar tan duro para vernos felices, pagarían por nuestros juegos, viajes y hoteles para vernos jugar”, dice. “Nos hicimos muy cercanos como familia a través del fútbol”.
El fútbol también tiene la capacidad única de unir a las comunidades. Brian habla del increíble apoyo que ha recibido de los fanáticos del Charlotte FC y de la comunidad local. “Ha sido increíble”, exclama. “He tenido un gran apoyo de todos. Estoy realmente feliz con la comunidad y cómo son conmigo”.



Cuando pisa el campo, Brian reconoce que todavía siente nervios, pero una vez que comienza el juego, su enfoque se centra en hacer feliz a todos y disfrutar del hermoso juego. Su objetivo es inspirar a la próxima generación de entusiastas del fútbol, tal como él fue inspirado por quienes lo precedieron.
Uno de los momentos destacados en la carrera de Brian fue su experiencia jugando contra el Chelsea FC. “Me dijeron dos días antes que iba a jugar”, recuerda con emoción. “Incluso estar en el banquillo era un sueño hecho realidad. Mis padres estaban en la parte superior del estadio, y cuando llamaron mi nombre para entrar, fue un momento emocionante para todos nosotros”.



La historia de Brian es un testimonio del poder del fútbol en la comunidad hispana. Es una tradición que acerca a las familias, fortalece los lazos culturales y fomenta la unidad en comunidades diversas. No se trata solo de un joven jugador de fútbol que vive su sueño; se trata del amor perdurable por el fútbol que late profundamente en los corazones de los hispanos, conectando generaciones y comunidades.
Fotos: Taylor Banner, Alana McCallion and Grant Nicholls