El 6 de febrero de 1937 el frío y la humedad en forma de tropas franquistas y sus aliados rodearon la ciudad de Málaga como una ola gigantesca a punto de cubrirlo todo. Mi abuelo Rafael, de quien heredé la afición por los escritorios antiguos, la poesía y las conchas finas, me contó hace ya muchos años, puede que más de treinta, que él tenía catorce años cuando mi bisabuelo llegó a casa y le dijo a mi bisabuela que…