Por Ana Vreca Butters
Juan José Barboza-Gubo es lo que directores de galerías consideran un artista del mundo. Nacido en Lima, Perú, Barboza-Gubo ha vivido la mitad de su vida en los Estados Unidos. El llegó de Lima en el año 2002 para seguir maestrías en pintura y escultura en el Massachusetts College of Art and Design en Boston, y al mismo tiempo seguir desarrollándose como artista plástico, luego de graduarse con honores del programa de escultura de la Escuela de Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

El haber pasado su niñez y adolescencia en el Perú, y luego convertirse en adulto en los Estados Unidos, hace que Barboza-Gubo experimente una falta de pertenencia cultural constante. Él se siente más Peruano en cuestión de raíces, pero flotando en el medio en cuestión de vida. Esto no lo incomoda, mas bien piensa que esto lo ayuda a seguir creciendo como persona y como artista. Sin embargo, él acepta que ser homosexual e inmigrante si acentuó su necesidad de querer pertenecer. Inclusive, hasta el día de hoy piensa que por ser inmigrante tiene que probar constantemente su capacidad como profesional, lo que ha experimentado en su rol como profesor universitario, más que de artista y curador.
Actualmente, Barboza-Gubo se encuentra viviendo en Lima desde Marzo del 2020. Se encontraba allá de visita cuando se cerraron las fronteras a causa de la pandemia, y aunque por un momento pensó en regresar inmediatamente a los Estados Unidos, luego decidió “volverse Peruano de nuevo” y enfocarse en los proyectos que estaba realizando en el Perú al cien por ciento.
Fue hace ocho años que Barboza-Gubo comenzó a pasar tiempo en el Perú durante sus vacaciones y se dio cuenta de que estar allá lo recarga y lo inspira. Todos los procesos de inspiración que salen de su obra vienen de sus experiencias en ese país. Fue así también que empezó su trabajo en defensa de los derechos humanos. Y no necesariamente practicando su propio deber social, sino más bien reconociendo que hay mucho por hacer, ya que Sudamérica tiene ahora una carga social muy fuerte.

Gaby, de la serie: Vírgenes de la Puerta, 2015
Impresión de inyección de tinta de archivo
106x132cm

Agatha, de la serie: Vírgenes de la Puerta, 2015
Impresión de inyección de tinta de archivo
106x132cm
Su proyecto Canon, quizás el más reconocido internacionalmente, lo realizó junto a su amigo el curador y fotógrafo Andrew Mroczek.
Canon es una serie de propuestas fotográficas que incluyen: Virgenes de la Puerta, Los Chicos y Padre Patria (Virgins of the Door, The Boys y Fatherland). La muestra se presentó originalmente en los Estados Unidos y después de nueve meses fue aceptada en el Perú. Estas propuestas son una crítica a las transgresiones contra la identidad de género que se revelan por medio de medidas discriminatorias, y al mismo tiempo promueven el diálogo y cambios positivos al reconocer a la comunidad LGBTQ en el Perú. Y aunque el proyecto se realizó totalmente en el Perú, es claro que representa una realidad mundial, la cual Barboza-Gubo reconoce al tener él mismo la necesidad de expresar quién es y de convertirse, al igual que muchos, en lo que en realidad quiere ser. “La esencia del proyecto se creó en Perú hace 20 años, era para Perú. Es un proyecto social de alguna manera, o socio-político…había que crear una plataforma a la cultura trans en el Perú. Teníamos que dársela. Perú necesitaba ese proyecto.”
Las “Vírgenes,” la primera de las propuestas, fue un proceso mental de doce años para Barboza-Gubo. Al principio, las “Vírgenes” iban a ser pintadas, pero según nos lo describe el artista, “el problema de la pintura es que manipula la forma, no es real, no es creíble. En cambio la fotografía sí.” Barboza-Gubo fue educado a pintar fotorealista, y entiende que muchas veces cuando una persona ve una pintura de ese tipo, piensa que el pintor la ha recreado, y que hay algo que no es totalmente real. Mientras que en una fotografía, por más que sea manipulada, el cerebro de las personas les dice que es real. Por esa razón decidió que las “Vírgenes” fueran una muestra fotográfica.
Canon tuvo tanto suceso a nivel internacional, que el MOMA (Museum of Modern Art) de New York City, ha adquirido recientemente el libro Fatherland/Padre Patria, con las fotografías de dicha propuesta. Mientras que Vírgenes de la Puerta y Los Chicos fueron trabajados como retratos en donde los protagonistas representan iconos religiosos, Padre Patria identifica lugares geográficos en donde se cometieron crímenes de odio contra la comunidad LGBTQ. Para complementar Canon, a estas tres propuestas se suma Las Orquídeas, la única que no es fotografía, sino una escultura a la que luego se le creó una instalación y un video en base al asesinato de un chico de diecinueve años, quien fuera cortado en pedazos y quemado a causa de su orientación sexual, en un pueblo de la selva Peruana.
Cerámica, cristal vaciado
550x360x30cm/(Derecha) Sin Título, 2019
Fibra de vidrio, resina, pintura
290x123x90cm
Su trabajo de los últimos diez años se relaciona con la búsqueda del ser. Así, la idea que antes fue representada en Canon a través de las chicas trans y quiénes son ellas verdaderamente, y cómo buscan ellas representarse o convertirse en lo que en realidad quieren ser. “Eso nos pasa a todos los seres humanos. Algunos cambiamos por diferentes razones y mas tarde nos encontramos en un proceso de volver a querer ser y convertirnos en quienes alguna vez fuimos, pero no todos tenemos el valor para hacerlo. Las trans tienen ‘f***ing cojones.’La necesidad de expresar y compartir esa idea fue lo que hizo a Barboza-Gubo trabajar en este tema de nuevo, pero ahora creando en base a animales, plantas y la selva como una metáfora del ser humano. “La esencia de mi trabajo tiene que ver con lo que yo considero ‘la búsqueda del ser.’ Es como si yo abriera mi mano; la búsqueda del ser es mi palma y acá están las ‘Vírgenes,’ acá esta Padre Patria, acá esta todo el trabajo más social, acá está todo el trabajo de ayahuasca y en la selva…son como las extensiones de, para poder entender la esencia de. Pero la esencia es una sola, entonces el hecho de que visualmente sean tan distintas no significa que la investigación teórica sea muy parecida. Yo creo que eso es súper importante, porque hay gente que considera que los artistas deberían de crear una línea de trabajo visual, y que tu interés visual y tu investigación visual tienen que ser una sola. Yo no pienso de esa manera. Yo me meto un tiro antes de que eso me pase.”
Hoy en día, Barboza-Gubo se encuentra trabajando en base a lo que él llama “una falsa naturaleza”. Desde hace siete años visita la selva Peruana por inspiración, también haciendo ayahuasca u otros rituales en los últimos años. El haber experimentado esto por primera vez después de los cuarenta años, le permitió al artista concentrarse específicamente en la parte educativa del proceso.
Este nuevo proyecto que Barboza-Gubo está realizando en la selva Peruana es de fotografía, video, pintura y escultura. Es un proyecto que habla mucho del “otro”, osea de la idea de la “otredad” – la relación hacia el otro, psicológicamente hablando. El intentará mostrar que no somos individuos viviendo en un mundo donde no hay nada, si no somos individuos viviendo en un mundo donde dependemos siempre de las cosas a nuestro alrededor. “Es un ambiente donde todo lo que existe tiene tanta importancia como la importancia que tú consideras que tú tienes en ese espacio. Todos y todo es importante, y todo influye en tu evolución.” En lo personal, Barboza-Gubo cree haberse convertido en una persona más simple con el pasar del tiempo. De sus obras, aunque siguen siendo complejas y quizás recargadas visualmente, él siente que cuando ve una pieza de hace años y la compara con una reciente, dice “Como se limpió!”, y por ende se ve a sí mismo y dice “Si pues, cómo se limpió!” Sigue habiendo complejidad, nuevos retos y nuevos cambios, pero cree que su trabajo refleja claramente sus propios cambios y su maduración como persona. “Entonces esto de regresar a la naturaleza y de hacer ahora cosas mucho más simples es porque ya no tengo necesidad de vivir, ni de sentir, ni de decir cosas…soy mucho más directo. La tengo más clara, entonces todo es más fácil, más simple. Más simple pero igual de bonito.”
El trabajo de Barboza-Gubo tiene un ciclo de tres a cuatro años. Por ejemplo, las “Vírgenes” habla muy claro sobre esa búsqueda del ser, que es la esencia de todas estas ramificaciones: una de ellas es la búsqueda del ser de género, otra la búsqueda del ser en la parte física, la búsqueda del ser relacionada al otro y a la naturaleza. Pero cuando el artista trabaja en un proyecto, su mente ya no está pensando en ese proyecto, sino está desarrollando muy inconscientemente, haciendo dibujos o apuntes, cosas que cuatro años más tarde se da cuenta que ya estaba investigando, y que se presentan en su siguiente serie sin haberlas forzado. Así nos cuenta que su trabajo también es él al cien por ciento. Cree que en el arte el artista es su propio filtro, osea, cada quien es el filtro de lo que está tratando de decir en su trabajo. En su caso, él tiene una necesidad muy grande de entender lo que es, tiene una necesidad muy fuerte del porqué. Barboza-Gubo comenta que cuando habla con otros tiene una tendencia muy fuerte a analizar cómo se comportan, miran, se mueven, o lo que dicen. Entra en un mundo en donde crea sus propias historias, y cuando las traduce a lo que le interesa, estas se transfieren a cosas de género, a las conexiones con su propio ser, a contar más historias. Hay algo en él que ama contar historias, de crear en cada exhibición una historia. Y todo eso junto es él, buscando maneras distintas de decir lo mismo por medio de su arte.

Acero corten, fibra de vidrio, resina, luz, cemento. 600x450x330cm

Acero corten, fibra de vidrio, resina, luz, cemento. 600x450x330cm

Acero corten, fibra de vidrio, resina, luz, cemento. 600x450x330cm
Barboza-Gubo no tiene un medio favorito, pero sí mucha fascinación por la técnica. Tampoco tiene un material favorito – se emociona al ver un material nuevo. En estos momentos está trabajando en series nuevas con material nuevo, incluyendo acrílico. Escoge sus materiales basados en lo que cree que le puede servir para representar la idea que quiere de la manera perfecta, sin importar el medio. Hace un tiempo atrás, cuando le preguntaban qué era, lo primero que decía era escultor, pero cree que es por su temor a sacar su parte femenina. “Porque el escultor es el más fuerte. Es difícil encontrar mujeres escultoras suavecitas, femeninas.” Ahora cuando le preguntan, Barboza-Gubo dice que es artista plástico, que hace un poco de todo, aunque todavía se le sale la palabra escultor primero casi todo el tiempo. Igual le encanta todo, quizás también porque se aburre muy rápido. Hoy, el artista está trabajando en dos proyectos: el de la selva y en otro que va a una exhibición a fin de año que tiene que ver con el concepto de la luz. Para no aburrirse él va creando varias cosas al mismo tiempo, en donde una alimenta a la otra. Todo su trabajo está conectado, pero al mismo tiempo sus proyectos son todos diferentes el uno del otro.
Además de Canon, Barboza-Gubo comparte que el proyecto personal que más satisfacción le ha dado fue el último que realizó, y que también fue su más grande exhibición individual: Exhalare (Exhalar – tu último respiro antes de la muerte para volver a renacer). La muestra se inauguró dos años atrás, y motivó que el Instituto Cultural Peruano Norteamericano en Lima le publicara el libro Barboza-Gubo, relatando su carrera en retrospectiva e incluyendo una gran cantidad de visuales que muestran su obra desde sus inicios como artista plástico. Sobre este tema, el artista se siente agradecido de que su obra sea igualmente reconocida y apreciada en el Perú y en los Estados Unidos, ya que ha tenido la oportunidad de exponer su trabajo en ambos países por más de dos décadas.
Papel, luz de neón, madera bañada en nitrato de plata, piedras, tierra. 700x123x90cm/ (Derecha) Sin Título (detalle), 2019
Papel, luz de neón, madera bañada en nitrato de plata, piedras, tierra. 700x123x90cm
Al hablar de lo que más le gustaría hacer en un futuro, Barboza-Gubo nos dice que le gustaría vivir mucho más tranquilo de lo que vive, en un espacio amplio y abierto, con talleres por todos lados donde podría saltar de uno al otro. Un espacio en donde pueda tener todo tipo de materiales y trabajar en diferentes aspectos de su arte en todo momento. Quiere tener un espacio para dibujar, pintar, esculpir…trabajar la madera, el mármol, el acrílico…trabajar en equipo. También tener su casa en el segundo piso del mismo lugar para poder crear sin restricción de tiempo o espacio. Le gustaría que todo lo que se produzca sea constantemente querido por galerías o museos, porque eso automáticamente le permitiría seguir produciendo. Sin embargo, su sueño es exhibir con su hermana Ana Teresa, también artista visual. Barboza-Gubo habla del trabajo de su hermana menor con amor y con orgullo. Nos cuenta que su trabajo tiene una sutileza y una sensibilidad y franqueza increíbles que la representan totalmente, al igual que una técnica impresionante. Opina que en la dirección en que su propio trabajo se está moviendo, fácilmente y sin ningún problema, podría estar al costado del trabajo de Ana Teresa y que haya una conversación interesante entre las obras. Por lo mismo, el año pasado, durante la pandemia, presentaron juntos una propuesta para una Bienal, la cual todavía está en proceso de ser aceptada.
Mientras tanto, Barboza-Gubo tiene planeada una exhibición individual para Noviembre de este año. La muestra de pintura escultórica se presentará en la Galería Impakto, en Lima, Perú. Aunque todavía no tiene nombre, el artista nos dice que la muestra es una extensión de su exhibición Lux (2019), que habla sobre la esencia básica de la luz como elemento metafórico de cambio, y del descubrimiento interior de uno mismo. “Tú puedes hablar de la luz de una manera metafórica y de una manera filosófica. Se puede hacer una interpretación de la vida a través del concepto de la luz de una manera muy directa, y si entiendes la luz de una manera metafórica, puedes transmitir mucha información sobre los cambios de la vida de esa manera.” Cuando se observa la obra, está aparenta ser muy simple. Se observan colores moviéndose, cambiando y girando detrás de un acrílico que los hace verse borrosos, pero en realidad no son simplemente eso, es claro que son mucho más. Aunque Lux presentó solo pinturas, en esta extensión de la misma Barboza-Gubo presentará volúmenes más escultóricos y tridimensionales.

Acrílico, MDF, pintura
80x100x8cm

Acrílico, MDF, pintura
80x100x8cm

Acrílico, MDF, pintura
80x100x8cm
Para conocer más sobre Juan José Barboza-Gubo y su arte:
https://barboza-gubo.com/home.html
http://www.barbozagubo-mroczek.com/
Instagram: @barbozagubo