Por Loli Molina
volver a España siempre suena un poco a copla, a nostalgia
cubierta de olvido impuesto como una venda que cura los dolores
abandonados por los rincones. A Concha Piquer y Estrellita Castro
cantando las penas más penosas del exilio, que ahora se llama
expatriación pero también duele, también cabe en una bolsa de tela
cosida a mano y escondida en el escote, para que nadie la robe, para
que no se vaya el mal de la tierra, esa tierra cada vez más lejana, cada
vez más borrosa entre risas y algunas lágrimas, cada vez más extraña.