Por Jesus Redondo
Criatura de montes,
valles, gargantas y llanto
de manantiales,
corteza tallada
a media centuria,
cuánto han cambiado
aquellos sueños
que nunca llegaste
a dibujar en
autóctono trazo,
a cuántas costas
has dicho adiós
sin mover tus manos,
cuántos silencios
sobrevenidos,
mientras esperabas
las visitas que ya no
pisarán el mestizo
felpudo a tu puerta…
Sin más soledad
que tu pasado,
te escondes del frío
arropándote en nuevas
compañas que populan
los escalones de
tus (cada vez más cortas)
semanas,
mientras el invertido
viaje de las nieves
de los años sedimentan
ya las orillas de tus barbas…
La temporalidad preside
la ausencia de un heredero
concreto a tus empeños
por sembrar
de belleza esta ya no
eterna promesa
a la que se le
mustia la novedad.
Apenas algunas flores
brotan sin plan aparente,
aleatorio testimonio
sin designado testigo,
ni más legado
que las inconclusas
e interrumpidas
balísticas trayectorias
de tus (im)propias
ambiciones en tierra extraña.

Jesús Redondo Menéndez radica en Cayce, Carolina del Sur y enseña español en la escuela secundaria; lee mucho, escribe algo, y a veces, comparte.