Por VozEs
A Edgar Marcano le gusta ser libre, independiente y producir su propio trabajo.
Después del deterioro que vivió Venezuela, Marcano, como muchos, decidió irse y perseguir un entorno que no fuese tan complicado, más seguro y con mejores oportunidades. Así llegó a Charlotte, un lugar que ya conocía como turista, sin saber que se convertiría en su hogar.
Aquí en Estados Unidos, y por las limitaciones que un proceso de inmigración supone, el creativo no podía emplearse de lleno en el Diseño Gráfico, carrera que tenía en su natal Venezuela; por eso y por su sed de independencia fue que comenzó a trabajar como freelance.
Parte de trabajar independiente es que esto le permite hacer todo lo que le apasiona, hace diseño corporativo y también hace música (Marcano es músico, percusionista desde la adolescencia) hace fotografía, trabajos audiovisuales, y hasta escultura.



Pero ¿Cómo se logra balancear tantas disciplinas o actividades?¿A cuál le dedica más tiempo? ¿Cómo lo hace?
Para Edgar, todo es parte de una sola actividad: diseñar, ya que como un profesor de su Universidad le decía: “La gente no entiende que todo está diseñado” por eso, la escultura, la música, la fotografía, están implícitos también.
“Parecieran caminos separados, pero van juntos, el diseñar los videos o las fotografías están muy conectados con la música, siempre he tratado de llevar todo a la par.” explica.
Edgar forma parte del grupo musical Café Amaretto y también participa con otras bandas en la Ciudad. Durante la pandemia dirigió un proyecto documental para el grupo creado durante el COVID-19 y liderado por el músico Tony Arreaza “Última Nota”; en dicho documental, Marcano mostró la historia creativa detrás del grupo y un disco creado sin estar los músicos juntos.
“La idea del documental fue básica y espontánea, cómo hacer un disco remoto, Tony estaba muy claro en su concepto con la exploración de música latina con varios estilos, a mi me gusta el rock, soy baterista, mi esencia fue de eso pero también grabé un bossa nova para él»
El documental cierra con la canción cumbre del disco “Mi Sueño” video que también grabó Marcano y en el que se cuentan las historias del inmigrante. Una historia que cuenta varias historias al mismo tiempo.
«Así se fue desarrollando, uno cuando trabaja un video, busca no ser tan literal, y la idea aquí era ser así, mostrar lo que decía la música tal cual como una película cantada.” narra Edgar.
La pandemia fue un golpe fuerte sin duda para todos, y a pesar de que todos sus trabajos de música se fueron para abajo, Edgar se siente afortunado ya que esto le permitió participar en este proyecto que fue seleccionado y nominado en el Festival de Cine Latino de Los Angeles y además explorar y retomar otro arte que le gusta: la escultura.
“Hago escultura también, me gusta experimentar con materiales, en Venezuela no tenía la facilidad de conseguir todo como aquí por amazon o ebay. La pandemia me dio mucho tiempo para hacer lo que me gusta hacer, me puse a aprender sobre técnicas nuevas, moldes y mantenerte actualizado” cuenta el músico.
Y es que cuando las ganas de hacer se juntan con el ocio la mente se abre. Y con hambre de oportunidad y ver qué hacer, Marcano decidió ver la pandemia como un regalo.
En la escultura, el venezolano quiso reencontrarse con sus raíces, sus tradiciones y sus colores dando forma a Los Diablos de Yare, un patrimonio intangible de la UNESCO y que representa un ritual ancestral de la costa venezolana de rendición del mal frente al bien.
“Tuve esta idea de hacer una versión moderna de los diablos, hice 25 durante la pandemia, y ahorita no tengo hechos, los hago bajo pedido solamente. He descubierto que el proceso de creación de las figuras es similar a la música, algo muy inmersivo y personal” explica.




Así, Edgar siempre trata de estar ocupado y se siente afortunado de hacer lo que le gusta. Esto lo explica a su mamá, quien a distancia se preocupa al ver las fotos del baterista cansado después de un día intenso” “Tranquila mamá, que si me muero, me muero haciendo lo que me gusta”