Por Gumaro Manzo Benite
Por la mujer inculta tú te afliges
y con gran sapiencia y gentileza
le sigues dando gloria a tu destreza
y con justa razón instruirla exiges.
El aristócrata y soberbio clero
te enfrenta con grandísima arrogancia
más con sabias palabras y elegancia
debatiste tus puntos con esmero.
A riesgo de caer ante el muy fiero
Tribunal inquisidor y ser su presa.
Dejarlos sin su fuero tan ligero.
¡Qué valiente y noble fue tu proeza!
digna de admiración del semillero,
¡prodigo en versos de tu gran belleza!