Por VozEs
En los Mapas Culturales de la mexicana Frida Cano, los artistas son ríos creativos que fluyen a través del territorio cultural, con montañas que representan a las galerías y museos por donde transitan estos ríos con su plétora de disciplinas artísticas. A estos mapas se aúna la teoría del arte, que cabe en el paisaje cultural como la atmósfera en el ambiente, porque las palabras si no se bajan y ponen en práctica, se quedan en el aire; así pues, los críticos, académicos y curadores componen también este ecosistema cultural en el que todo está interconectado.
“Arttextum: Tejido de agentes culturales inspirados en Latinoamérica” es el nombre del proyecto al que Frida Cano dio vida hace 9 años. El proyecto de arte e investigación transdisciplinar analiza las rutas de transferencia, los vínculos y las interacciones de la comunidad artística a través de la creación de mapas no geográficos.
Esta cartografía artística es generada digitalmente en las plataformas «visone» y «VOSviewer» pero inician a lápiz y papel.
“Mi arte es diferente, para este proyecto colaboro con mi hermana que es científica, ella utilizaba esas plataformas digitales, de esa digitalización se puede generar otro mapa desde otra perspectiva, también hacemos instalaciones colectivas” comenta la creativa.
Y es que la artista quien se formó en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda en la Ciudad de México, trabaja también con objetos y otros materiales convencionales, sin embargo, son los artistas parte de su fuente de inspiración.
Pero, ¿cómo surgió esta idea? Después de estudiar una Maestría en Artes en el San Francisco Art Institute en el 2009 y de vivir ahí un par de años, Frida regresó a su natal Ciudad de México durante el devastador periodo de la Guerra contra el narcotráfico, sin una pizca de inspiración, un día, limpiando su departamento encontró los atlas de la SEP (Secretaría de Educación Pública) de su infancia.
“Estaba buscando alguna motivación, algo, me encontré con un atlas de la SEP y lo comencé a ver, a visualizar diferente. De ahí nació Arttextum: buscando otras posibilidades de mundos, uno mejor, uno que mostrara la belleza del arte. Se me ocurrió empezar a generar esas metáforas de los artistas como ríos creativos”, recuerda Frida.
Comenzó llamando a cinco artistas que la inspiraban, todos enfocados al arte en Latinoamérica, porque en específico ella quería indagar en esas cosas que nos unen como comunidad: la lengua, las culturas prehispánicas, la dura realidad postcolonial. La lógica detrás de este proyecto, explica la artista, es dar apoyo a creativos de cualquier nacionalidad pero inspirados en contextos latinoamericanos y ver las redes que se generan a partir de su actividad.
La red de Arttextum es flexible e incluye a 100 artistas que viven y trabajan en distintas partes del globo terráqueo, de diferentes disciplinas, y algunos fuera de las humanidades, ya que la inspiración de este proyecto inicia en el arte pero se abre a otros espacios.
Uno de los aspectos importantes a considerar para formar parte de esta red es el compromiso social, más allá del arte mainstream. Arttextum utiliza estas redes de artistas para generar un beneficio global en el que se potencie la activación del arte.
Frida Cano Et al., El anillo de fuego del Pacífico, 2017. Instalación colectiva (10 colaboradores). Patrocinado por FONCA Apoyos especiales 2017. International Openair Expressions, Tokyo Denki University y Galería Sanbancho. Saitama, Japón. Cortesía de Arttextum.
“A partir de los 70 se hacía el arte por el arte, ese tipo de modelo estuvo bien porque surgió como respuesta al contexto de esa época, pero hoy la realidad es diferente y toca continuar el movimiento del arte borrando las líneas entre disciplinas. Cada participante de Arttextum tiene también un compromiso social, su trabajo no sólo se guía por la estética o por lo que dicta el sector comercial, sino que a través de sus obras se busca hacer un bien en este mundo que está de cabeza” recalca la mexicana.
Actualmente, la artista salta de la producción individual a la curaduría y está de tiempo completo trabajando en 18th Street Arts Center en Santa Mónica, California. Su tiempo libre lo dedica a trabajar de manera independiente en los proyectos que la apasionan.
