Manteniendo viva la tradición Guadalupana en Charlotte

Por VozEs

En la Avenida Central de la ciudad de Charlotte, la pared aledaña a Tacos El Nevado hace honor a la Virgen de Guadalupe desde hace cuatro años, cuando Rosalia Torres Weiner erigió un mural en honor a los inmigrantes acogidos bajo el manto de la Virgen de Guadalupe, esa madre que cuida dentro y fuera del país. 

“El mural representa a los hispanos, pero se le ocurrió (a Rosalia) honrar a la Virgen de Guadalupe, es la que nos acoge dentro y fuera del país, algo que tenemos muy arraigado es celebrarla, y creemos que con ese mural la honramos aunque estemos lejos de nuestro país”, comenta Isela Juárez una de las dueñas de Tacos el Nevado.  

Fue hace 30 años que Isela Juárez y Victor Santiago llegaron a este país buscando mejores oportunidades para su familia, aquí vieron esperanza de trabajo, y se les presentó la oportunidad de incursionar en el negocio restaurantero. Para agradecer a la Virgen y a sus clientes, los oaxaqueños decidieron recrear la tradición de cantar las mañanitas a la Virgen, rezarle el Rosario, llevarle flores y celebrarla con tamales y champurrado frente al altar realizado por Torres. 

En su natal Oaxaca, Juárez recuerda cuando ella celebraba a la Virgen de Juquila, de una manera similar que se hace con la Guadalupana, recordar eso le trae nostalgia y la ferviente necesidad de transmitir su fe a las nuevas generaciones; similar es para Don Victor, quien también creció apegado a esta tradición, devoto de la religión que se le inculcó. 

“Somos creyentes, ya no se puede comparar con lo que vemos en estos tiempos, para la juventud ya es una segunda opción, nosotros crecimos creyendo en algo, la Virgen de Guadalupe es una imagen representación de nuestra religión y nuestros pueblos” comenta Santiago. 

La idea a largo plazo es Negocios comoYolanda’s Creation, Florería Mayra y la  panadería Odalys son tan solo algunos de los negocios que apoyan y se unen a esta celebración que se espera crezca año con año para seguir manteniendo viva la tradición y que poco a poco vaya creciendo el fervor hacia la Guadalupana. 

 La historia de La Guadalupana

Cuenta la tradición que la Virgen de Guadalupe se le apareció cuatro ves al Indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac. El último de ellos fue un 12 de Diciembre, allá en el año 1531.

El nativo de Cuautitlán, salió en busca de ayuda para su tío enfermo. La Morenita de México se encontró con el humilde hombre junto al ‘Pocito’ donde le dio la noticia de la salud de su tío.

La Guadalupana le pidió a Juan Diego que fuera a recoger unas rosas en la cumbre del cerro para llevar al obispo como prueba de ese milagro y solicitó la construcción de un templo en las cercanías del lugar. Así fue, el Indio Juan Diego fue con el obispo Zumárraga y dio prueba de su encuentro con la Virgen cuando dejaba caer varias rosas de castilla de su ayate que revelaban la imagen de la Virgen de Guadalupe. El ayate se erige desde entonces en él.

Así pues, le pidió que subiera a la cumbre del cerro del Tepeyac donde encontraría unas rosas, en una época y en un lugar donde no florecían, las cuales podría reunir y llevar ante el señor obispo como una prueba de sus milagrosos encuentros en los que solicitaba la construcción de un templo en las cercanías del lugar. Fue en 1667, cuando el Papa Clemente IX instituyó el 12 de diciembre como Día de fiesta en honor de la Virgen de Guadalupe. Y en 1824, el Congreso de la Nación declaró el 12 de diciembre como Fiesta Nacional.

Fotos C

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