Por Piero Milesi
Había sido invitado a una galería de arte, al este de la ciudad de Nueva York. No tenía mucho dinero en el bolsillo, pero no había podido salir de casa desde que comenzó la pandemia. Le avisé a Estefanía, una vieja amiga, sobre la exposición. Ella dijo que estaría en el lugar cerca de las nueve de lamtd noche.